Tras presentar su renuncia a La FM el pasado miércoles, luego de que los directivos de la emisora le solicitaran que se retirara, Vicky Dávila habló con el periodista Daniel Coronell sobre su caso.

A Dávila le costó el puesto publicar un video del exviceministro del Interior Carlos Ferro, en el que este mantenía conversaciones sobre preferencias homosexuales con un alférez de la Policía, Anyelo Palacios.

En la entrevista, publicada por la revista Semana, la periodista dijo que cree que el mismo presidente de la República, Juan Manuel Santos, habría pedido su cabeza.

Según Dávila, todo comenzó cuando realizó la investigación que revelaba que la Casa de Nariño se había gastado 15 millones de pesos en almendras para visitantes. "El mismo día de la publicación, la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, me envió con un alto directivo de la Organización Ardila Lülle un lujoso tarro de almendras con escudo de la Presidencia".

Según expresa Vicky Dávila, estas almendras significarían "primero, que en Palacio, como es lógico, no había gustado la historia y, segundo, me estaban diciendo, elocuentemente, que estaban hablando con mis jefes sobre mi trabajo periodístico".

Por esta razón, la experiodista de La FM asegura que cree que la orden para pedir su renuncia vino directamente de la Casa de Nariño, llegando a decir incluso que la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, tenía relaciones directas con Palomino y que ambos se habrían beneficiado de contratos económicos mutuos.

Sobre el video que le costó el puesto, en el que se escuchaba la conversación del exviceministro Ferro y que ha generado un amplio debate sobre ética periodística en los medios de comunicación, la comunicadora asegura "Si me pudiera devolver en el tiempo lo volvería a publicar, pero de otra manera".

"La forma terminó devorando el fondo. El video no se puede ver aisladamente sino como la prueba de las mentiras de uno de los involucrados denunciada por una víctima ya reconocida de la ‘Comunidad del Anillo’", dice la periodista en la entrevista, reafirmando que el video sí constituye una prueba de la presunta red de prostitución que existiría al interior de la Policía y cuyo alcance investigan los organismos de control en la actualidad.

"Definitivamente habría que editar el video y suprimir muchas partes del audio", concluye la periodista. Una de las principales críticas que se le hizo a la publicación de este contenido fue que muchas de las partes de la conversación que se escuchaban no probaban nada relacionado con el escándalo de prostitución de la Policía, sino que hacían parte de los gustos privados de cada uno de los involucrados.

Dávila insiste en que el video es la prueba de abusos al interior de la Policía Nacional, grabado por una de las víctimas de estas irregularidades y niega la posibilidad de que el mismo policía Anyelo Palacios hubiese incitado al viceministro a mantener la conversación. "El capitán denunció que sus superiores en la Policía lo habían violado y sometido a la prostitución. Es decir, su testimonio ni empieza ni termina con el video".

La periodista asegura que de todo el episodio lo que más le ha daolido fue "separarme de mi equipo, ver manchado todo un trabajo serio por un episodio discutible y haber pasado a ser la mala de la película".

"Soy una reportera. Nunca aprendí otro trabajo. Espero encontrar pronto un trabajo periodístico", finaliza Dávila en su entrevista.